Como todas ustedes me hacen el aguante (y de verdad que se los agradezco), vengo aquí a quejarme. El lunes amanecí con dolor de cabeza, cosa en cierta forma normal en mí. Estuve varias noches durmiendo mal y el resultado fue una migraña. Por angas o mangas, el dolor se me quitó bien bien hasta ayer en la noche. El resultado de esta migrañita fue que no tejí nada en dos días, y no posteé y casi no comenté a nadie. El dolor ya se fue mucho a la chinchurria y hoy vengo con unos ánimos que me quiero comer el mundo. Y para coronar esto, recibí un extraño paquete que me dejó perpleja.
Llegó el señor cartero, me extendió dicho paquete y una hojita para que le firmara de recibido. Pensé que sería algo para mi jefe, pero alcancé a leer de refilón mi nombre, y que el paquete venía de Chiapas. ¿Ah, chirriones? Cuando se fue el buen hombre leí el remitente y me quedé más perpleja aún, porque venía de parte de Claudia bla bla bla y la única Claudia de Chiapas que conozco es la Clau que nos regala unas recetas deliciosas y hace que se me haga agua la boca cada que la leo. Pero no podía ser, yo no tenía nada pendiente con ella, ¿cómo llegó a mí? ¿Sería ella, efectivamente? Me dije: «¿No será una bomba? ¿No será un paquete con antrax?» Lo abrí y me fui directo a la cartita y ya no hubo dudas de que sí era mi Clau, que me mandó así nomás porque ella es a todo dar y tiene un corazonzote, un paquetito lleno de cariño y de cosas lindas y ricas.
Un llaverito que ya está con las llaves de la ofi, una bolsita para las pinzas para tender la ropa (la que usamos en casa ya pide esquina), un angelito lindo lindo y suavecito, un botecito para guardar lo que yo quiera (¡mis ligas pa’l pelo!), una bolsita para la hija, unos dulcecitos de miel (que están deli) y un archidelicioso queso doble crema chiapaneco.
¿Saben? Desde hace años yo siento una debilidad por el estado de Chiapas. Tuve la fortuna de ir hace unos cuantos ayeres y me enamoré aún más de él, así que saber que Clau es de allá me hace sentirla más cerca del corazón. Gracias de verdad, Claudichi, tu gesto y tus palabras me conmovieron mucho.
P.D. No traigo cámara, así que debo las fotos.
P.D. 2 Después de mucho pensarlo, voy a escribir sobre otro regalo que recibimos Sabri y yo a principio de año, que viajó desde Ushuaia.
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