En este momento está llegando el presi de los Estados Unidos a México. Estoy escuchando las medidas de seguridad que se tomaron y de verdad me quedo con el ojo cuadrado. Aeropuerto cerrado, blindado, una limousine a la que llaman cariñosamente «La Bestia» por el grado de blindaje que tiene (en la radio bromeaban acerca de ver si será también a prueba de los baches que inundan las calles de la ciudad), calles cerradas, vigilancia a grado extremo en todos lados donde va a estar el pobre Barack. Me pregunto ¿qué sentirá este hombre? ¿Dormirá tranquilo al saber que se necesita tal nivel de seguridad alrededor suyo? Y lo que más me inquieta: este enorme dispositivo de seguridad ¿será igual en todos los lugares a los que vaya o será privativo de la ciudad de México gracias a la inseguridad que se vive aquí?
Bah, preguntas nada trascendentes que se hace una cuando no tiene nada mejor en qué pensar.