A pesar de que me fascina ver fotos, hacía tiempo que no revisaba los álbumes familiares. Anoche tenía que elegir fotos para mostrarme a mi de niña y me costó un poco elegir porque hay muchas muy especiales. Pero acá va.
Nótese la inconciencia de quien haya estado conmigo en ese momento. Le preocupó más tomar la foto que quitarme las tijeras que tenía en la mano.
En esta estoy con mi abuelo en Mar del Plata.
Y acá en el jardín de infantes del Colegio Vicente Sauras.
Sólo que ella es un millón de veces más hermosa. En las fotos no se ve, pero también tuvo la desgracia de heredar mis orejas (cosa que noté desde el ultrasonido, lo juro. La Dra. puso el coso ese sobre su cabecita y le dije a Andrés ¡tiene mis orejas! La Dra. me miró y me dijo «Si, Sra., las tienes iguales»)
Quiero pasárselo a Ceci, a Tuquita y a Penélope, porque creo que son las únicas a las que no les conozco la cara. De ahí en fuera, si alguien más lo quiere hacer, adelante.
Rincones 