A mi chiquitina

Cuando Sabri tenía unas 2 semanas de nacida le dije a Claudia, mi hermana, que la amaba con toda mi alma, y ella me dijo «no, y espérate, vas a ver después» y yo le contesté que no era posible amarla más. Cuando tenía 5 meses más o menos empezó a hacer las gracias que hacen todos los bebés; empezó medio a reirse, a moverse más y yo sentía que no podía quererla más. Y así en cada etapa, cada gracia, cada aprendizaje, siento que la amo tanto que no puedo amarla más, y ella siempre me sorprende, con su risa, con sus juegos, sus avances, su aprendizaje, su inteligencia, su ternura de a ratos. Sí, mi niña no nos demuestra mucha ternura ni a mi, ni a su padre, ni a los abuelos, ni a los tíos, ni a ningún humano, pero de repente le da un arranque y pega su carita a la mía, como queriendo absorberme, y lo logra, me deja desarmada. Gracias mi niña. Ser tu mamá es lo más maravilloso que me ha pasado. Gracias toda la vida, gracias desde mi alma. Te amo con toda mi vida.