Hoy quiero escribir, pero no sé qué decir. Ah, ya sé! Les voy a contar cómo saboteo mi economía. Soy terrible. Tenía separado dinero para ir mañana a pagar un recibo, ¿y qué hice? Me fui ayer a comprar material: tela polar para hacerle este vestidito a la Sabri

y estambre para este gorro-perro que me mandó Carmen Tye. Díganme algo, ¿quién se puede resistir a tejerlo teniendo enanos cerca a los cuales regalarle? Yo al menos, no. Viene la explicación, junto con otras cosas para bebé, acá. Ya lo empecé a hacer. Después muestro fotos.

De la salud de mi niña, aún no sé qué decir. Estuvo en tratamiento con antibiótico una semana y desde el miércoles pasado estuvo encerrada en casa hasta el lunes que volvimos a llevarla a la guarde. Terminamos con la medicina ayer y pasó parte de la noche tosiendo y obviamente desesperada y nosotros más desesperados aún. Ya no sé qué hacer. No tenemos más remedio que llevarla a guardería y ahí se contagian unos a otros con una facilidad increíble. No hemos podido ponerle la vacuna contra la influenza porque no ha estado del todo sana, y así va el maldito círculo vicioso. La Dra. me dijo que le dé un jarabe hasta el sábado y ese día vemos si ya se la puede aplicar para que se deje de enfermar, o que por lo menos no le pegue tan duro. Pa’cabarla de amolar estamos con una onda fría o no sé qué carajos y andamos con temperaturas que van de 4 a 10° C. ¿Hay por ahí alguien que me entienda? ¿Saben lo desgastante que es que cada vez que me preguntan por ella tenga que contar el mismo cuento de fiebre, tos, mocos, infección, medicinas? Por favor, sería un bálsamo para nuestro espíritu saber que han pasado por esto y han salido con éxito.